Valladolid y sus pueblos: Simancas

Simancas

A 13 Km de Valladolid, ocupando todo un promontorio, se haya la localidad de Simancas, la antigua ciudad romana de Septimancas, como derivación de la misma surgió el nombre que hoy conocemos. La villa está declarada Conjunto Histórico-Artístico, pertenece a la comarca “Campiña del Pisuerga”.

Atravesando el cauce del rio Pisuerga, uniendo sus dos orillas está el puente medieval, puente de 17 ojos, construido en piedra de sillería, si bien en tiempos remotos sirvió para sustentar a la calzada romana que por el discurría, el puente tuvo varias y profundas reformas a través de los siglos, quedando sus arcos con forma ojival, mostrando que en algún momento se hizo reformas en el gótico.

El casco urbano se distingue por tener sus calles pequeñas, y estrechas, destacando sobre ellas, el castillo, mandado construir en el siglo XV por el Almirante de Castilla Don Alonso Enríquez, sobre lo que había sido una antigua fortaleza árabe. Poco después pasó a los Reyes Católicos que lo reforzaron y lo convirtieron en prisión. Posteriormente el Emperador Carlos V, lo convirtió en Archivo General del Reino, su interior guarda documentos en su mayoría de la Edad Moderna, siendo este considerado uno de los más importantes del mundo.

El archivo General de Simancas, existe como tal desde el año 1540, siendo el primer archivo de la corona de Castilla. Guarda en su interior entre millones de documentos, todos los papeles y legajos pertenecientes a la corona de los Reyes de España, del reino, del patronato real, y de los caballeros de España, Nápoles y Sicilia. En este castillo, estuvo preso y fue ejecutado el obispo de Zamora, Antonio de Acuña, capitán comunero.

Otra construcción que destaca dentro de este conjunto de casas, es la Iglesia del Salvador. De estilo gótico y con influencia renacentista, fue mandada construir en el siglo XVI, conservando la torre de otro edificio anterior del siglo XII de estilo románico.

En su interior, se conservan varios retablos del siglo XVI y piezas de orfebrería, que vale la pena admirar.

También en el casco urbano, y entre soportales, se distingue la magnífica fachada del ayuntamiento, neoclásica del siglo XVIII.

En la calle hospital, próxima a la iglesia, se encuentra un edificio que en épocas remotas fue el antiguo hospital del Salvador, y cuya fachada es de estilo renacentista del XVI.

Se dice, se cuenta, que en tiempos del Rey Ramiro I, en el siglo IX, el emir Abderramán II, exigía un tributo de cien doncellas cristianas, de las que siete de ellas tenían que ser de Simancas. Estas siete doncellas, quisieron eludir el tributo cortándose una de las manos. Acudieron ante el Emir de Córdoba y comentan que éste dijo: "Si mancas me las dais, mancas no las quiero". La villa dispuso entonces recordar este hecho, representando en su escudo siete manos pintadas.

Hasta el siglo XII Simancas, fue la localidad vallisoletana más importante. En su término han tenido lugar enfrentamientos entre ejércitos, y disputado duras batallas a través de los siglos.

En el año 753, fue ocupada por el ejército de Alfonso I y reconquistada por Alfonso III en el 883.

En el año 939, en las proximidades de los muros de la ciudad, hubo un enfrentamiento entre las fuerzas cristianas comandadas por el rey Ramiro II de León y las tropas establecidas en Córdoba, del califa musulmán omeya, Abd al Rahman III en la que fue conocida como la Batalla de Simancas.

En el año 1812, de nuevo Simancas, volvió a ser el escenario de una otra batalla, esta vez entre las tropas aliadas (españoles, ingleses y portugueses), mandadas por el general Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, y las tropas de Napoleón, que se batían en retirada tras ser derrotados en la batalla de los Arapiles.

El día 6 de Agosto, se celebra la fiesta patronal del salvador, en la que evoca la historia de las doncellas de Simancas.

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